Han pasado unos días desde mi primera toma de contacto con los lectores de carne y hueso. En la firma de ejemplares de la feria del libro de Málaga y en la presentación oficial en el Museo de Nerja, tuve la oportunidad de interactuar con personas anónimas que se interesaron por la novela. Contemplar cómo se acercan al libro, lo toman entre sus manos, ojean la sinopsis, y de sus labios brota un me lo puedes dedicar, es una sensación única e inigualable para cualquier escritor.
Los días previos estaba angustiada, incluso alteré mi rutina y mi estado de ánimo se resintió. La incertidumbre me corroía, y el pensar que pudiese encontrarme allí sola, me preocupaba. Sin embargo, todo salió bien, mejor incluso de lo esperado. Mientras el reloj consumía los cinco minutos de cortesía, antes de dar comienzo al acto en el museo, ya había gente desconocida que aguardaba con el propósito de asistir a la puesta de largo de la novela. Esta circunstancia, lejos de aumentar el nerviosismo, consiguió tranquilizarme, porque habíamos tenido cierto poder de convocatoria, y aunque he de confesar que empecé nerviosa, poco a poco me fui relajando y disfruté por completo.
Agradezco la presencia de todas las personas que acudieron, algunas incluso familiares directos de maquis, y al interesante debate que se generó durante la presentación. La posguerra en este país sigue siendo un tema que aún escuece, quizá porque no hayamos olvidado del todo las consecuencias de esa época dura y cruel, o porque no tengamos la suficiente madurez como sociedad para poder dialogar con objetividad y sin rencores del asunto.
La memoria olvidada es una novela de ficción, nada más, donde se narra la historia de un grupo de personajes, hombres y mujeres, de uno y otro bando, que vivieron unos años terribles en la comarca de la Axarquía, donde la miseria, la violencia y la venganza campaban a sus anchas por cada rincón. Es cierto que la historia la cuentan los vencedores, y que miles de inocentes vieron truncadas sus vidas de manera violenta y cobarde. A ellos va dirigido mi humilde homenaje. Para todos los que fallecieron, para que el sacrificio que hicieron dando su vida por este país, no haya sido en vano. Para ellos, acaba de iniciar su andadura La memoria olvidada. Espero que sea larga, y logre conducirla a las manos de cualquier lector que desee adentrarse en un período oscuro y difícil de la historia de España. Es necesario aprender de las atrocidades cometidas para que nunca jamás volvamos a repetirlas.
Mi libro camina ya, que yo sepa, por Madrid, Barcelona, Albacete, Murcia, Navarra, Londres, y por supuesto, por muchos lugares de la Málaga de mis amores. Nunca olvidaré a la primera persona, gran amiga además, a la que le firmé dedicado un ejemplar; a mi compañera de colegio, a la que conozco desde los tres años, gracias por darme la gran sorpresa de verte allí, acompañándome con una sonrisa de orgullo; o a mi profesora de inglés de la Escuela Oficial de Idiomas, a la que no veía desde hace décadas, que no dudó en presentarse en cuánto se enteró de que firmaba ejemplares en la Plaza de la Marina. A todos ellos, pero especialmente a los lectores desconocidos, gracias desde el corazón por darle una oportunidad a La memoria olvidada. Espero ansiosa vuestra opinión para seguir aprendiendo.
Tendrás muchas más presentaciones , seguro . Leo tu novela a sorbitos Y me parece una estupenda ópera prima. Mi “reseña” será en persona , libro en mano, lápiz en ristre, y un té enfriándose de aburrimiento ante nuestra conversación animada.
Me alegra enormemente todo lo que te está sucediendo.